La restricción de agua en Gaza es considerada un acto de genocidio
Human Rights Watch (HRW) ha denunciado que las restricciones de agua impuestas por Israel en Gaza constituyen un «acto de genocidio». Según el informe, la privación de este recurso esencial ha provocado muertes masivas de palestinos, incluido un número significativo de bebés y niños, que sufren de desnutrición y enfermedades debido a la falta de agua potable y servicios básicos.
El informe de HRW señala que antes del inicio del conflicto, cada persona en Gaza tenía acceso a unos 83 litros de agua al día, cifra que se ha reducido a entre dos y nueve litros. La Organización Mundial de la Salud indica que se necesitan entre 50 y 100 litros diarios para cubrir necesidades básicas. Este grave desabastecimiento ha sido acompañado por ataques a infraestructura sanitaria y energética, afectando significativamente la capacidad de los residentes para sobrevivir.
Israel ha desmentido dichas acusaciones, argumentando que sus operaciones están dirigidas exclusivamente contra grupos militantes como Hamas y no contra la población civil. Además, el gobierno israelí asegura que ha hecho esfuerzos para permitir la entrada de ayuda humanitaria y agua a Gaza, en cumplimiento con el derecho internacional.
A medida que la crisis se agrava, organizaciones como Médicos Sin Fronteras también han señalado que el sistema de salud en Gaza ha sido severamente dañado, lo que contribuye a un panorama cada vez más desesperante para la población civil. La continuada violencia ha llevado a un colapso humanitario en la región, con organizaciones internacionales advirtiendo que la situación requiere atención urgente y acciones diplomáticas significativas.