Los estados estadounidenses se preparan para la ofensiva migratoria del próximo gobierno
A medida que se aproxima la asunción de la nueva administración liderada por Donald Trump, diversos estados de EE.UU. están tomando medidas proactivas para proteger a sus comunidades inmigrantes. California, en particular, ha convocado una sesión especial de su legislatura para discutir legislación que refuerce los fondos destinados a la defensa de los inmigrantes, incluyendo un apoyo especial para los «Dreamers», aquellos que llegaron al país siendo menores de edad.
En Chicago, el alcalde Brandon Johnson también ha defendido vehementemente las políticas de santuario para los inmigrantes. La ciudad, que alberga a aproximadamente 257,000 inmigrantes indocumentados, se ha comprometido a no ceder a las presiones del gobierno federal en términos de redadas o deportaciones. Johnson, junto con otros líderes locales, ha expresado que «no nos intimidarán» y se mantiene firme en su misión de proteger a todos los residentes.
También, otras ciudades como Filadelfia y Boston han manifestado su intención de no usar fondos municipales para llevar a cabo las actividades de detención y deportación, alzando la voz en contra de lo que perciben como un ataque a los derechos de los inmigrantes. La gobernadora de Massachusetts destacó la importancia de impedir que la administración de Trump lleve a cabo su agenda de deportaciones masivas. Ante un clima de tensiones y amenazas, tanto líderes políticos como comunitarios están decididos a unirse y resistir cualquier intento de abuso en nombre de la política de inmigración.
