El flujo de migrantes que atraviesan la selva del Darién hacia Estados Unidos ha experimentado un descenso significativo del 41% durante 2024. Según el presidente panameño, José Raúl Mulino, un total de 302,203 migrantes, en su mayoría venezolanos, se aventuraron por esta peligrosa ruta, comparado con los 520,085 del año anterior. Esta reducción ocurre en un contexto en el que los cambios en la política migratoria de Estados Unidos podrían intensificar las deportaciones masivas.
Durante su discurso en apertura del Congreso panameño, Mulino destacó las dificultades que enfrentan los migrantes, quienes deben sortear obstáculos naturales y el riesgo de agresiones de grupos criminales. Asimismo, el presidente atribuyó esta disminución a la restricción de senderos en la selva, así como a una colaboración con el gobierno de Washington, que ha financiado vuelos de repatriación valorados en seis millones de dólares.
A pesar de los esfuerzos realizados por las autoridades panameñas, la travesía por el Darién sigue siendo letal; en lo que va del año al menos 55 migrantes han perdido la vida y unos 180 niños han sido abandonados en el camino. A pesar del apoyo humanitario, las condiciones adversas y la complejidad de la situación continúan presentando un grave desafío para las personas que huyen de la crisis en sus países.