La presidenta austriaca encargó el gobierno a un líder de la ultraderecha
El presidente de Austria, Alexander Van der Bellen, ha tomado la histórica decisión de encargar la formación de un gobierno al líder del Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), Herbert Kickl. Esta situación se origina en el colapso de las negociaciones entre las fuerzas políticas después de las elecciones legislativas de septiembre, que dejaron al FPÖ como la fuerza más votada. Esta designación marca un hito, pues es la primera vez que un representante de la ultraderecha asume la responsabilidad de dirigir el gobierno en este país europeo.
La crisis política se intensificó el pasado sábado, cuando el primer ministro conservador, Karl Nehammer, anunció su dimisión como canciller y líder del Partido Popular austriaco (ÖVP). Posteriormente, los conservadores se mostraron abiertos a colaborar con el FPÖ para crear un nuevo ejecutivo. Van der Bellen, en una conferencia de prensa, expresó que su decisión de nombrar a Kickl no fue sencilla, resaltando las tensiones históricas y su renuencia previa hacia el líder ultraderechista.
El FPÖ ya había estado en el gobierno anteriormente como socio menor, pero nunca había ostentado la cancillería. Este giro político podría transformar el panorama de la gobernanza en Austria y sus relaciones dentro de la Unión Europea, donde el extremismo político es un tema cada vez más debatido.